Saturday, February 17, 2007

Un niño y un pozo


Un niño pide ayuda
desde el fondo de un pozo.
En el desierto
el eco no existe.
En la lucha por beber y sobrevivir,
el niño ha caído.
Se ha roto una rodilla
-el corazón… deshecho desde antes-.

Pequeños amigos
bailan alrededor de una fogata.
¿Nadie imagina que un niño
rodeado de preguntas molestas
ha caído a un pozo?

Las aguas frías de la noche
no ayudan al temor
de un niño en el fondo de un pozo.
Podría recordar, en estas largas horas de espera
episodios fugaces de risas,
rutinas de una familia feliz
y los gusanos que colecciona en un frasco.

Con sus manos, ha sentido las piedras,
los muros humedos y resbaladizos.
El aroma de humedad y encierro,
le han recordado su escuela.

Es un pozo profundo,
donde la oscuridad es todo.
Hace algunos días
piedrecitas caían
para calcular qué tan hondo era este mundo.

Llora ríos este pequeño.
Desembocan sus lágrimas
en este rincón inaudito.
Un niño no tiene que caer a un pozo.
Los niños no deben llorar en un pozo.
Los niños deben ser rescatados de un pozo.

Respira hondo y duerme entre el frío inmenso.
Nace otro día entre las dunas.
El niño es encontrado muerto,
por un hombre que sólo fue por un poco de agua.